La Expiación Limitada es la tercera de
lasdoctrinas de la gracia, serie que estamos
entregando para una mejor comprensión del plan de salvación de Dios para su
pueblo.
Vimos en las anteriores entregas que el
hombre está separado de Dios y que el Padre eligió a un grupo de la humanidad
para que fueran su pueblo. ¿Cómo se hace posible la salvación para este grupo?
¿Por quién murió Cristo? Son algunas de las cosas que tratamos en este post.
El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el
que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que
murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de
Dios, el que también intercede por nosotros.
Romanos 8:32-34
La expiación limitada es la doctrina,
también llamada redención particular, es la doctrina que habla acerca de las
personas que reciben los efectos redentivos de la muerte de Cristo. En esta
sección debemos responder la pregunta ¿Ofreció Cristo su vida como sacrificio
por toda la humanidad, por cada individuo sin distinción o excepción; o la
ofreció por los elegidos únicamente?
La iglesia reformada afirma que Jesús
murió sólo por sus elegidos. Esta doctrina se desprende lógicamente de la
doctrina de la elección incondicional, si Dios eligió a un grupo para que fuera
salvo entonces el sacrificio que Cristo hizo debía ser sólo por ellos. La
doctrina afirma que Cristo, en su muerte, intentaba realizar aquello que
realizó: limpiar los pecados de los elegidos de Dios y asegurar que todos ellos
alcancen la fe a través de la regeneración y por la fe sean perseverados para
gloria. Cristo no pretendió morir por todos. La prueba de eso, como la
Escritura nos enseña, es que no todos son salvos.
Cuando se usa la frase “Expiación
limitada” no se quiere decir que el valor de la expiación sea limitado. El
pecado de Adán ofende a un ser de una dignidad infinita, el sacrificio para
limpiar ese pecado debía tener un valor infinito el cual se cumple con la
muerte del Dios hecho carne: Jesús. Cuando se habla de “Expiación limitada” se
quiere decir que los efectos de la muerte de Cristo son para un grupo limitado
de personas.
John Owen, un teólogo puritano,
escribió en su libro “¿Por quién murió Cristo?” que los elegidos por Dios son
mencionados en la Biblia con las palabras Pueblo, Ovejas e Iglesia[1].
Su Pueblo: Mateo
1:21 dice: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará
a su pueblo de sus pecados” e Isaías 53:8 “Por cárcel y por juicio fue quitado;
y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los
vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.” Ambos textos limitan la
salvación que compra la muerte de Jesús en la cruz a un grupo llamado su
pueblo.
Sus Ovejas: El
apóstol Juan usa en mucho el término ovejas para referirse a los elegidos. Juan
10.11 y 14 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas… Yo
soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.” Esta vez
limita la muerte de Cristo por sus ovejas, aquellas personas que eran conocidas
por Dios y que conocían a Dios. Recordemos que la palabra conocer tiene un
sentido de intimidad. Este versículo recuerda 1 Juan 4:19 que nos dice:
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
Su Iglesia: Hechos
20:28 dice: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el
Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor,
la cual él ganó por su propia sangre” y Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.”
En el primer versículo Pablo está hablando a los presbíteros de la Iglesia de
Éfeso pidiendo que la cuiden debido a que Cristo pagó por ella, en el segundo
Pablo está enseñando el cuidado y el cariño que debe tener el esposo por su
mujer y lo ilustra usando el ejemplo de Cristo.
Podemos reconocer dos tipos de crítica
a esta doctrina. Unos dicen que Cristo murió por todos y que todos, sin
excepción, serán salvos; esto se llama Universalismo. La Biblia es clara en
demostrar que no todos los hombres son salvos, el pasaje de Romanos 9.13 habla
claramente de la elección de Jacob para salvación y de Esaú para condenación.
Otro grupo dice que Jesús murió por
todos los hombres pero que su muerte no tiene efectos salvadores si no se una
con la fe y el arrepentimiento. En otras palabras, Él murió por todos pero los
que se habían de salvar no estaban considerados específicamente, murió con tal
de hacer la salvación.
El problema con esta concepción es que
haría la muerte de Cristo totalmente ineficiente y pondría la salvación del
hombre en lo que él puede hacer por sí mismo. Si este pensamiento tuviera razón
entonces parte de la sangre de Cristo se hubiera derramado en vano, nos dice
que el sufrimiento de Cristo no fue suficiente. Si es así entonces su muerte no
sería una expiación ni un rescate en ningún sentido.
Tanto la doctrina reformada como la
arminiana limitan la expiación: los reformados limitamos la extensión de ella
pero los arminianos limitan el poder de ella. Los calvinistas la ven como un
puente estrecho que cruza de un lado del río hasta la otra rivera, los
arminianos la ven como un puente muy ancho que llega sólo hasta la mitad del
río[2].
Sólo la doctrina reformada de la Expiación Limitada hace justicia a Cristo y a
su sufrimiento. Es la única que pone a Cristo como Salvador.
Porciones como Juan 3.16 y 2 Corintios
5.14-15 parecieran objetar que la muerte de Jesús tenía la intención de limpiar
sólo los pecados de sus elegidos. Lo que hacen estos pasajes es decir que Jesús
murió por todos los hombres sin distinción y no por todos los hombres sin
excepción. Esos versículos enseñan que Cristo murió por todo tipo de hombres (1
Tim. 2.1-6), por todos los que están en Él (1 Cor. 15.22) o por el “mundo de su
pueblo”: si se comparan Juan 3.16 y 17.9 vemos como Juan restringe el término
mundo a aquellos que son elegidos por Dios.
Queda claro en los argumentos expuestos
que el objetivo de la muerte de Cristo era limpiar los pecados de aquellos que
Dios había elegido para salvación, cualquier otra forma de pensamiento hace al
sacrificio de Jesús inservible y da la gloria al hombre por su salvación.
Si creemos que nuestra naturaleza está
totalmente inhabilitada de querer amar a Dios o de agradarle en la mínima
manera no podemos pretender que el sacrificio de Jesús necesite de alguna ayuda
nuestra. Simplemente no podemos hacerlo.
La doctrina de la Expiación Limitada da
la gloria de nuestra salvación a Dios, muestra su soberanía y también el amor
que tiene por su pueblo.
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