El día de hoy, 15 de setiembre, me desperté muy temprano
por la mañana con un sentimiento de resignación.
¿Por qué?
El día de ayer volví a escuchar acerca de los cristianos
que están entregando sus vidas por su fe.
Aceptando tantos tratos injustos, pero perseverando en su
fe, mi pregunta inmediata fue: "¿qué hago con mi vida?"
Tenía que trabajar, así que no pude detenerme a pensar
mucho. Luego de un momento de descanso en mi trabajo, sabia lo que tenía que
hacer, perseverar en las misiones.
Como hace un tiempo había completado algunos papeles para
postular a EMMAUS BIBLE COLLEGE en los Estados Unidos, pensé que seria bueno
culminar todos los papeleos para poder comenzar a estudiar y luego ir a las
misiones.
El gozo de saber que estaba decidido me hacia sentir muy
entusiasmado.
Hasta que vi los precios de los estudios y otros trámites
que tenia que hacer. Saque cuentas una y otra vez, hasta que llegué a la
conclusión de que, al igual que el anterior, no podria pagarlo.
Empecé a ver otro instituto, uno latino, así sería algo
más económico. Tampoco se ajustaba a mi presupuesto, pero igual escribí un
correo al área de "Ayuda para el Estudiante". A los veinte minutos me
llegó un correo, cerré los ojos y le recé a Dios pidiendo que sea una respuesta
positiva. Cuando abrí mi correo las noticias no podian ser más triste... ¡Delivery Status Notification (Failure)!
El correo que indicaba la pagina del
instituto, como ayuda para el alumno, no existía.
Llegué a casa pensando que quizás Dios me
quiere en casa trabajando 8 horas de lunes a sábado, pagando una hipoteca,
comprando un auto, teniendo bebes y aportando a a las misiones desde mi casa.
Al fin y al cabo, eso tampoco es malo, es un rol que todo hombre de Dios debe
hacer bien. El mantenimiento de un hogar dentro de los estándares de Dios
es un gran testimonio a los no creyentes que también puedes
ser usado por Dios para traer familias enteras a sus pies.
(...)
El día de hoy me desperté con
ánimo de hacer bien las cosas en todas las área de mi vida y especialmente en
mi trabajo. Así que alisté todas mis cosas para un largo día de trabajo de
11 horas (esta aun no es la tranquilidad).
Estaba saliendo y vi entre mis cosas el
libro "No desperdicies tu vida" del hermano John Piper, lo tome
y pensé: "no he terminado este libro aun"
Grata fue mi sorpresa al leer este libro...
¡que gran consejo recibí de este hermano!
Resulta que nuestro hermano John
Piper descubrió en los años sesenta, mientras él estaba en el seminario,
que muchos de los hombres que también estaban ahí soñaban con tener grandes
ministerios, con ser siervos útiles a Dios, en misiones por todo el mundo
y muchos más sueños dignos de elogiar y apoyar. Pero él noto algo que estaba
mal, ellos estaban más apasionados por la obra que por el Señor.
John Piper aprendió que lo primero en su
vida debería ser el amor por el señor y que aun si no pudiera ser un
misionero, un pastor o un siervo reconocido en su futuro, el gozo de Dios
siempre debería estar presente en su vida.
Esto me animó a vivir cada
día, un día a la vez para mi señor. Mi corazón sigue estando dispuesto a
mi señor en las misiones y en las obras. Sigo orando por los cristianos que dan la vida por su
fe. Pero nunca debo pensar que si no puedo servir, por la razón que sea,
en las misiones o saliendo de mi casa, seré un fracaso, aun así podré
gozar de la presencia de mi señor, en su obra y no en la mía, en su
poder y no en mi deseo, en su amor y no en mi pasión.
Aun así, Dios me hizo entender
que en mi misma casa hay una gran obra que realizar.
Por ahora viviré día por día,
esperando con tranquilidadi a que la puerta se abra,. Eso sí, siempre rogando
al señor que me use, pero esperando a su tiempo.
(...)
Quería compartir esto con ustedes para
animarlos con el señor, quizá pases por lo mismo.
Espero que Dios les de paz y paciencia.
Salmos 16:11: "En tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra,
deleites para siempre."
Hola Martín.
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog y tu desafío es el de muchos cristianos igual que tu y yo, Que deseamos servir al Señor hasta el fin del mundo. Pero a veces olvidamos que es Su obra y somos sus siervos, y dónde Él desee, allí es Su voluntad. No necesitamos ser grandes, solo ser fieles.
Si viviendo vidas ordinarias como a veces pensamos, Dios puede traer extraordinariamente a muchos a los pies de Cristo.
No te desanimes, existen muchos materiales de libre acceso en internet, con el cual formarnos.
En contacto... Estamos viviendo vidas extraordinarias. GEM